El presidente de Mutua Madrileña clausura el XI Foro de Auditores Internos del Sector Asegurador organizado en colaboración con el Instituto de Auditores Internos de España.

Madrid, 18/09/2019. El presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, ha afirmado hoy que los auditores internos son una pieza angular del buen gobierno de las empresas. Así lo ha manifestado durante la clausura del XI Foro de Auditores Internos del Sector Asegurador, evento en el que se ha analizado y debatido sobre el futuro de los auditores internos que trabajan en la industria aseguradora, las claves de la supervisión y los nuevos retos regulatorios.

Garralda ha hecho hincapié en lo mucho que han cambiado las funciones de la auditoría interna desde sus inicios y, sobre todo, desde la emisión de las Primeras Normas para la profesión del auditor interno, de 1978. “La situación económica de la última década, con mercados cada vez más competitivos y cambios acelerados en los hábitos sociales y de consumo, los avances tecnológicos, la transformación digital, la transparencia que demandan las redes sociales, el incremento de expectativas en materia de buen gobierno corporativo y el entorno regulatorio cada vez más exigente suponen un reto para nuestras organizaciones y, en particular, para nuestros auditores internos”, ha asegurado.

En su opinión, este contexto ha otorgado a la función de los auditores internos un mayor protagonismo y relevancia, no sólo como aliados clave de las Comisiones de Auditoría en su función de supervisión, sino también por la capacidad que tienen de ser impulsores y referentes de una cultura sólida de control y de un elevado estándar de comportamiento ético dentro de las sociedades. “Su función constituye una importante salvaguarda de la buena reputación de las empresas”, ha señalado. 

Ignacio Garralda, presidente de Grupo Mutua, durante su intervención.

Retos futuros

Garralda ha apuntado tres desafíos principales a los que se enfrentan estos profesionales: “Evolucionar la función de auditoría interna hacia un modelo cada vez más proactivo, con el fin de apoyar a los órganos de gobierno y de ayudar a la dirección a anticipar riesgos; aprovechar todas las capacidades que ofrecen las nuevas tecnologías para perfeccionar su función e incorporar un enfoque cada vez más estratégico en sus planes de negocio que contemple en más medida los riesgos tecnológicos”. Además, ha recordado que “la ciberseguridad es, en la actualidad, una de las principales amenazas del entorno empresarial. El auditor interno requiere una adaptación continua a las nuevas exigencias”.

En su opinión, las empresas deben ser sensibles a esta realidad. “Debe ser responsabilidad de los órganos de administración y de su Alta Dirección impulsar iniciativas que doten a las funciones de auditoría de altos niveles de competencia profesional, así como reforzar su papel como garantes del proyecto empresarial y asegurar que cuentan con la independencia y autoridad necesarias para ejercer con efectividad su cometido”, ha apuntado.

Ignacio Garralda ha concluido afirmando que los modelos de negocio empresariales deben sustentarse en la aplicación de los principios más exigentes en materia de buen gobierno y transparencia, manteniendo una estructura financiera sólida y saneada y un estricto control del riesgo.